El primer ídolo argentino


(Por Lucas Giménez Vallejo) - Justo Suárez fue el primero en ganar popularidad en el país. Se convirtió en un referente del boxeo, al ser carismático y codearse con la clase alta, siendo integrante de una familia pobre del barrio porteño de Mataderos. El Torito, falleció joven, una enfermedad terminó con su vida. 

El 5 de enero de 1909 nació Justo Suárez, quien escribió una página importante en el boxeo argentino. El oriundo de Mataderos fue el decimoquinto hijo de 25, comenzó a trabajar en el Mercado de Hacienda de Liniers a los nueve años, ya que vivía en la miseria. 

Pero la miseria se volvió en una leyenda. La misma empezó en 1924, cuando se subió por primera vez al ring como amateur y compitió en el Torneo Ciudad de Buenos Aires, donde se consagró en el peso mosca. Además ganó otros títulos, que lo hicieron a dar a conocer. 

El Torito de Mataderos, apodo que recibió desde sus inicios, se transformó en profesional en 1928, ganando las cuatro peleas que disputó por nocaut. Un año más tarde, se subió al ring ocho veces, de las cuales triunfó en siete (cuatro en las tarjetas) y una terminó sin decisión ante Vittorio Venturi en el antiguo estadio de River. 

Suárez se consagró en la vieja cancha del Millonario, allí tuvo su primer gran duelo por el título argentino liviano. El reducto de Alvear y Tagle lució repleto en la noche del 27 de marzo de 1930, más de 45 mil personas observaron el combate que tuvo como perdedor a Julio Mocoroa por puntos. El Torito empezó a pisar fuerte en el ambiente boxístico, arrastró multitudes y se transformó en el primer ídolo del deporte en Argentina.  

Luego de lograr la popularidad, Justo viajó a Estados Unidos, donde ganó los cinco combates que realizó. Retornó al país para pelear frente al chileno Estanislao Loayza, a quien venció en las tarjetas. En busca del título del mundo, volvió a Norteamérica y chocó con Billy Petrolle en el Madison Square Garden, el local esfumó las chances del oriundo de Mataderos, que sufrió su primera derrota y antes del límite. 

Después de caer por primera vez, el Torito ya no iba más para adelante, su carrera y vida personal fue en retroceso. Ya no era el mismo arriba del ring, su manager José Lectoure suspendía peleas porque le costaba ante boxeadores de segundo nivel. Mientras que su salud se deterioró cada vez más a causa de tuberculosis.

Para tratarse la afección que tenía en los pulmones, Suárez se transportó a Córdoba. Finalmente, murió el 10 de agosto de 1938 en la localidad cordobesa de Parque Sarmiento, sin nadie alrededor. El Torito falleció a los 29 años, tuvo una vida corta pero rápida. Será siempre recordado por los amantes del boxeo argentino como el primer gran ídolo.

Foto: Historias de La Madrid.

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